miércoles, 27 de noviembre de 2013

Y asi vamos...

Los juegos del hambre: Generando el consumo futuro:



Los adolescentes parecen ser el nuevo nicho de mercado descubierto por la industria de Hoolywood. En los últimos tiempos ha sido una verdadera avalancha en la cartelera de películas dedicadas a ese sector de la población.
Se trata, como es también el caso de “Los juegos del hambre” de obras basadas en libros que han sido éxito editorial. Y en estos casos, un libro de éxito significa toda una saga de títulos jugados a la fidelidad de consumo de los jóvenes. “The hunger games: catching fire” es la segunda entrega, luego de que el año pasado se estrenara “The hunger games”.
Para esta entrega de la saga se ha cambiado al director y los guionistas y se siente. Esta vez le toca la dirección a Francis Lawrence, que tiene ya antecedentes en películas de aventuras y fantasía con grandes efectos especiales como lo mostró en “Constantine” (2005) y en “I am Legend”. Los guionistas son experientes narradores, Simon Beaufoy, ganador de un Oscar, estuvo involucrado en películas como “Slumdog millinonaire (2008) y “Salmon fishing in the yemen” (2011). Por su parte Michael Arndt estuvo involucrado en “Toy Story 3” (2010) y “Oblivion”(2013). El equipo de Director y guionistas, dada su solidez, hacía esperar una muy buena película. Pero sin embargo esta segunda entrega es inferior a la primera.
La historia de esta segunda parte de la saga, a diferencia de la primera, no se centra fuertemente en los personajes y trata de contar una historia compleja mediante el repetido uso de elipsis, lo que hace imposible que el espectador pueda meterse en la trama. Hay poco detenimiento para trabajar los personajes. Toda la acción transcurre y se resuelve de manera demasiado veloz.
Por otro lado no hay nada muy novedoso en esta propuesta. Se agregan nuevos personajes pero aparecen más estereotipados que trabajados como personajes. Tal es el caso de Woody Harrelson y de Phillip Seymour Hoffman. La vuelta de tuerca final solo sirve como antesala de una tercera entrega, pero diluye el final y hace que el espectador se quede con gusto a poco.
Es cierto que la película puede funcionar como una interesante reflexión sobre la manipulación de la información en la sociedad mediática y los límites a los que puede llevar una sociedad de consumo dedicada a fagocitar vidas ajenas en realities. Pero no deja de ser llamativo que ese intento de reflexión ocurra justamente en una capítulo cuyo único papel es promover el consumo de la tercera entrega, puesto que en símismo este episodio no presenta gran interés.
Pareciera que comienza a consolidarse una serie de películas por entregas. Pero sería bueno que se mantuviera la fuerza de cada película de una saga como estuctura unitaria. En este caso este capítulo no se sostiene por sí sólo, tal como tampoco la entrega de Peter Jackson con “El hobbit” parecían ser buenas piezas individuales.
Quizá lo más disfrutable sea el muy llamativo conductor mediático que protagoniza Stanley Tucci, un hombre con talento para la creación de finos personajes en tono de comedia.
Gonzalo Hernández Sanjorge

Fuente:http://radiounodigital.com.uy/

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